domingo, 29 de enero de 2012

28-Año Nuevo...¿Vida nueva?


Como últimamente me he retrasado, me he saltado la entrada de la navidad y ya que algunos la esperabáis os hago algunos pequeños apuntes, ya que dedicarle toda una entrada casi cerrando el mes de enero se me hace un poco raro. Una vez algunos de los tópicos americanos resultaron ser verdad. Me alucinó ver las luces en las casas por las noches con una cantidad de adornos exagerada y de una forma impensable para la mayoría de españoles. Algunas zonas eran realmente sorprendentes no solo por el colorido sino por la complejidad de los adornos. Me hacía gracia cómo no, ver la cantidad de comida y postres que se venden en los supermercados en esas fechas. Pero lo más sorprendente, sin duda, ha sido ver cómo la gente decora los coches por navidad. La primera vez que vi un coche decorado con una guirnalda pensé que la señora era una despistada y que como la pillaran le caería una buena multa pero nada que ver, incluso he fotografiado algún coche de policia decorado. La mayoría de coches decorados iban con guirnaldas y con orejas de reno, algunos también con nariz roja delante. Y el shock total, aunque eran los menos, lo mejor de lo mejor fueron los coches con peluches pegados delante, así tal cual jejeje.
En cuanto a la celebración en sí, la verdad es que ha sido extraño no estar con la familia y fuera de España, aunque estuvieron con nosotros mis dos hermanos pequeños. Por otro lado han sido las primeras navidades de Dorian y por casa pasaron tanto Santa e incluso los reyes magos. Hasta tuvimos nuestro roscón de reyes versión mexicana.
Pero ya entrando en el nuevo año, me parece increíble que ya estemos en el 2012. El 2011 fue muy intenso en todos los sentidos y el 2012 promete no decepcionar. Todos solemos hacer balance del cierre de año con las cosas que queremos dejar atrás y todas las cosas nuevas que queremos incorporar en nuestra vida o los nuevos propósitos. Este año no he hecho ninguna lista. De todas las cosas de mi vida a pesar de estar lejos de casa sin saber por cuánto tiempo, ahora siento que vivo sin esperar lo que viene después, vivo el momento.
Estamos pasando por tiempos convulsos, donde la palabra crisis ha perdido su esencia y forma parte de la vida cotidiana. Entiendo que ahora todos debemos aprender a vivir con cierta incertidumbre o de lo contrario estamos añadiendo sufrimiento a nuestra vida esperando a que las cosas vuelvan a ser como antes. Y creo que se trata de una cuestión de actitud ante las cosas que nos suceden. Últimamente también oimos hablar mucho de depresión y ansiedad, para mi son manifiestaciones de que simplemente no estamos sabiendo lidiar con las dificultades de la vida. No asumimos que la vida es todo eso y creo que parte de esta gran aventura es la forma en que enfrentamos esos retos diarios. Por alguna extraña razón me siento muy fuerte por dentro, llena de energías y con muchos ánimos para sobrellevar todos los problemas que surjan porque si la vida fuera una naranja quiero exprimir hasta la última gota. Parte a veces de nuestro sufrimiento es por pensar que los problemas del día a día son males tremendos que no merecemos y perdemos el tiempo en compadecernos en lugar de buscar soluciones creativas y nuevas formas de enfretarnos a los problemas. Dejando el lado profundo, qué vaya rollos suelto a veces, el 1 de febrero nos mudamos a un nuevo piso, así que estamos a tope con la mudanza, !bueno más bien yo! Me da mucha pena dejar el piso donde estamos, lo echaremos de menos. Y además saber que no será la última mudanza da un poco de pereza. Ya os iré contando cómo lo pasamos por allí...