sábado, 31 de marzo de 2012

31-¡Americanadas¡¡¡



Tengo algunas anécdotas para compartir que me han parecido bastante divertidas y que
seguramente si se ven desde fuera no parecerían reales.
Un día fuimos a ver un espectáculo y antes de entrar en el hall hicieron un simulacro de que a
un chico le había tocado un premio. Total que lo que pasaba es que el chico iba
a proponerle matrimonio a su novia delante de todo el mundo, alrededor de unas
300 personas. Así que allí micrófono en mano y al más puro estilo americano,
hizo una proposición increíblemente empalagosa. Mi marido sufría de ver al
hombre hablar, me decía: ¿y si le dice que no?...pero yo tenía la clara
sensación de que de alguna manera aunque fuera más o menos sorpresa, era lo que
se esperaba y no había cabida para un “no”. El día coincidía además con el
cumpleaños de la chica. Estaba toda su familia delante, unas veinte personas.
Ella se puso muy nerviosa y emocionada, lloró con la petición y recibió con
gusto su anillo, que por cierto llevaba un buen pedrusco. Pero lo que no deja
de sorprenderme de la forma de ser de los americanos es la teatralidad natural
que tienen en la forma de hacer las cosas. La chica lloró, sus amigas también,
todos emocionados, sin embargo parece una emoción un tanto estudiada en los
gestos, vamos una forma de llorar y de emocionarte en la que no pierdas nada de
glamour. Creo que es algo que aprenden desde muy pequeños y de alguna manera
incorporan en su forma de comportarse.
Veo en esta forma de ser lo contrario que en España, aquí a nadie le da corte hacer nada y hay
ciertas conductas o modelos que en nuestros códigos no los consideraríamos muy
adultos. No deja desorprenderme el uso que le dan a los globos. Hace dos días la comunidad de
vecinos nos invitaba a “Breakfast on the go”, a la salida del parking durante
dos horas había un desayuno más que generoso para todos los vecinos. Podías ir
andando a tomarlo allí o simplemente parar con tu coche y recibir una buena
ración de calorías matutina. La mesa decorada con enormes globos de colores, ¿por
qué ponen globos? No tengo ni idea! Pero también los ponen cuando hay ofertas
de casas de alquiler o venta. Las primeras veces pensaba que eran cumpleaños,
pero cuando ya lo vi en los concesionarios de coches empecé a darme cuenta que
aquí era bastante habitual.
Otra experiencia que me ha dejado un poco alucinada es que durante estos días tenemos en nuestra ciudad una competición de Cheerleaders no profesionales ya que son bastante
jovencitas. Hasta ahí normal, lo que sucede es que se pasean por toda esta zona
no solo con sus chandals sino muchas de ellas con sus uniformes de minifaldas y
sus maquillajes intensos. No les da ninguna vergüenza pasearse por el supermercado,
restaurantes o heladerías con esas pintas. Y no creáis que estoy hablando de
50, 100 o 200 chicas, son montones con uniformes de todos los colores y combinaciones posibles aunque laverdad es que parece que estás viendo a la misma un montón de veces repetida.
Al mismo tiempo, para contrastar, hay una convención de estudiantes de ultimo
curso de secundaria que hacen una especialidad para estudiar Derecho o carreras
relacionadas, así que estos más o menos de la misma edad que las animadoras,
pero en este caso tanto chicos como chicas, van todos vestidos como de uniforme
formalitos como si trabajaran en una recepción de hotel. Y también van en
manada, así que das un paseo por cualquier lado y tienes al montón de niñitas
fashion cheerleaders y al montón de estudiantes con pinta de empollones, es raro
la verdad.

viernes, 23 de marzo de 2012

30-A punto de cumplir los 36!!


Cuando yo era pequeña escuchaba a mi madre y a sus amigas decir en varias ocasiones que "el que no hubiera conseguido todo a los 35, ya no lo conseguiría". En aquel entonces una persona de 35 años ya iba más o menos cuesta abajo con hijos adolescentes o pre-universitarios y con un destino más o menos decidido. Así que para mi una persona de 35 años o más era simplemente un viejo, alguien aburrido, con pocas novedades en su vida. Por otro lado, a veces pensaba qué sucedería si llegaba tu 36 cumpleaños y no habías sido capaz de conseguir ese "todo" del que hablaban a menudo. El "todo" era básicamente en el caso de las mujeres: un buen marido, 3 hijos, una casa en propiedad, un coche y una vida más o menos estable. La vida ha cambiado mucho desde entonces y la idea pre-concebida sobre lo que pasaba después de los 35, es bastante distinta. En la sociedad en la que vivimos no todo el mundo aspira a casarse o a una relación estable. Los hijos se tienen por elección y no todas las parejas deciden tenerlos y las que la tienen no siempre se plantean varios hijos. Según en la ciudad en la que se viva, mucha gente se mueve con transporte público y no posee un coche. A muchos les toca vivir de alquiler o con hipotecas eternas. Y el concepto de estabilidad es bastante voluble, tanto desde el punto de vista de las relaciones personales como a nivel laboral, político y social.
Con este panorama y teniendo en cuenta la propuesta de mi madre, a puntito de entrar en los 36 no puedo evitar hacer un balance de mi vida y de todo aquello que he logrado. Pero, ¿cómo medirlo? Porque una cosa es lo que creo que he conseguido y otra lo que se espera que haya conseguido. Si tomamos los parámetros de hace 25 años se supone que lo había conseguido todo y de repente abandonamos esa lograda estabilidad para empezar de nuevo en un nuevo país, con reglas distintas, empezando de cero.Está claro que las cosas han cambiado y mucho desde entonces. Nadie juzga a las personas porque a los 35 se haya casado o no, tenga varios niños o el trabajo más estable. Sin embargo sí se esperan cosas de nosotros. La gente espera que estés siempre físicamente perfecta, que te mantengas en la misma talla que cuando tenías 15 años, que tengas un trabajo acorde a tu profesión y que tus hijos sean invisibles para la gente que no los tiene. Por supuesto que lleves una vida social activa y hagas deporte y estés al día de política y de tendencias. En apariencia ahora es mucho más sencillo que antes pero la realidad no me parece tan clara. Mucha gente vive presionada, intentando llegar a cumplir las expectativas de todos, a veces con frustración porque es imposible llegar a ese "todo" que se nos exige. La solución para mi es muy sencilla. Tenemos que vivir bajo nuestros propios criterios. Vivir la vida con pasión, pero con el compromiso de hacer las cosas en las que creemos y despreciar las cosas que no se ajustan a nuestros principios, sin odio hacia las personas que nos han hecho daño, sabiendo estar por encima de las cosas que nos pasan porque nosotros somos más fuertes.
Hoy cumplo 36 años. Cuando era una niña, pensaba que llegado a este punto me quitaría los años y la realidad es bien distinta. Estoy orgullosa de vivir a mi manera, de soñar cada día pero sin perder un ápice de mi realidad, dando gracias por cada bendición y luchando por las cosas que necesito. Me considero una mujer afortunada. Vivir en este país me está haciendo vivir muchas nuevas experiencias, de cada una de ellas intento aprender un poco más de mi misma.

sábado, 3 de marzo de 2012

29-Personas anuncio


Hace tiempo tenía ganas de hablar de este fenómeno que veo a diario por las calles de la ciudad donde vivo así como otras aledañas. Es algo que me sorprende sobre manera, en un país caracterizado por tener los últimos adelantos en todo, ver a día de hoy a personas como reclamo publicitario, portando simples cartones para llamar la atención sobre distintos productos o servicios.
Hay algunos que están todo el año, todos los días, incluso los domingos, y hay campañas puntuales. De estas últimas una que me llama mucho la atención aparece más o menos cada dos meses, billetes de oferta a Hawaii, ponen a las personas durante unos días por todas las esquinas de las calles principales. Si son hombres van con camisa hawaiana, bermudas y chanclas y un collar de flores. Si son mujeres con vestido y diadema de flores. También otra campaña puntual que ahora está por todas partes es de una agencia de préstamo en el que el que anuncia va vestido de la estatua de la libertad. Hay una tienda de tabaco en el que la chica simula que está fumando. Y hay uno de compra de oro que la persona en cuestión lleva el cuello lleno de cadenas de oro (o no). Otros simplemente van con el mismo uniforme que el resto de trabajadores como los de Subway o algún restaurante mexicano.

Los ves así puestos en cualquier esquina y desde luego es difícil no mirarlos. Algunos pueden resultar graciosos o simpáticos, otros se hacen pesados y casi molesta verlos, algunos se han convertido en parte del mapa, llega un momento que casi no los ves. A la hora de mover la señal en cuestión que suele ser un trozo enorme pero imagino que ligero y con forma de flecha en la mayoría de los casos hay quien lo mueve con más gracia y a quien se le nota que está allí más aburrido que nada. Hay una empleada del subway que se pone en la esquina como si fuera una niña castigada, vamos de morros, si fuera por ella nadie estaría contento de irse corriendo a por un bocadillo, menos mal que a esa marca publicidad no le falta. Había una chica que anunciaba los vuelos a Hawaii de la que me acuerdo especialmente, su dejadez era de reseñar. Hablaba por el móvil con interés cogiendo el teléfono con una mano mientras que la otra movía el letrero con desdén como si el tema no fuera con ella, de la manera más mediocre que se puede hacer ese trabajo aunque parezca que el tema no da para mucho. En el otro extremo de la chica de vez en cuando se pone uno anunciando tacos de oferta de un mexicano, con un entusiasmo increíble, medio bailando allí en plena calle y moviendo el letrero a una velocidad que cansaría a cualquiera a los dos minutos.

A pesar del tiempo que llevo aquí no es algo a lo que llegue a acostumbrarme. Pienso si de verdad es correcto que estas personas estén en la calle agarrando un letrero que podría estar colgado sin que fuera una persona la que realizaa ese esfuerzo. Pienso lo aburrida o cansada que puedes llegar a estar de pasar unas horas con la flecha en las manos señalando mientras los coches pasan y pasan...Pero de todos estos anuncios y estas personas hay una que ha calado bastante desde el primer día. Es un señor que por sus rasgos parece hindú, debe tener entre unos 50 a 60 años y está prácticamente todos los días durante bastantes horas en la esquina de la casa donde vivíamos antes, con uno de esos letreros anuncio de una heladería bastante conocida. Lo veo casi todos los días pues cuando regreso de recoger a la niña del colegio paso por allí. Lleva una pequeña bolsita con sus pertenencias y las ata cada día al mismo árbol. Veo en su rostro un gesto resignado pero este hombre realiza un trabajo que podría ser menospreciado con la mayor dignidad del mundo. Imagino una vida llena de vicisitudes y complicaciones, pero él acepta su vida y realiza cada minuto de su trabajo de la mejor manera posible, sin quejarse, sin poner caras de aburrimiento, sin que ningún movimiento sea más ligero o más fácil que el anterior, sin dejadez, sin aspabientos. Veo en esta persona una forma excelente de trabajar en las circunstancias menos favorables. No conozco en realidad nada de este hombre, no sé cómo es su vida ni como ha sido, pero hay veces que a pesar de haberle visto una y mil veces en la misma esquina, no deja de conmoverme. El motivo es que talvez en nuestra sociedad actual no estamos acostumbrados a poner toda la carne en el asador al realizar hasta la tarea más mínima, la más sencilla, la menos agradable, la que creemos que no es digna de nosotros.