jueves, 14 de julio de 2011

5-¡Papeles!!!


Con esta palabra un poco genérica definimos muchísimos trámites que hay que realizar a la hora de mudarse a un nuevo país, más teniendo en cuenta que no se trata de un país por ejemplo de la comunidad europea donde muchos de esos trámites habrían sido más sencillos. Así que durante estas últimas dos semanas hemos hecho mucho papeleo. Muchos formularios con casillas que se repiten, demostrando una y otra vez tu condición legal en el país, para obtener un “papel” que diga que puedo trabajar aquí, los papeles para que la niña pueda ir al colegio, en el que nos recuerdan que presentemos los “papeles” de que está vacunada de todo, que es lo más importante para ellos aparte de la partida de nacimiento. Papeles para demostrar una y otra vez tu identidad, papeles para demostrar tu solvencia a la hora de comprar un coche, papeles en la ginecóloga, que me recuerda que le lleve los papeles de los análisis con mis pruebas del SIDA porque sino por ley tiene que repetírmelos.

Rellenar miles de papeles, al final parece que estás rellenando siempre lo mismo, da igual que sea para la tarjeta de crédito, para el pre-registro del hospital, para inscribirnos en el consulado o para el seguro del coche. Escribes una y otra vez tu nombre, tu dirección, tu teléfono, tu estado civil, duda en las casillas de origen étnico, no sé muy bien si marcar solo una o dos. Y sí estoy casada pero no llevo el apellido de mi marido, en España conservamos el nuestro. Curioso además el dato de demostrar una y otra vez que estás casada. En España creo que solo hemos usado el libro de familia para inscribir a la niña en el colegio.

El caso es que con esto de los papeles no dejo de pensar en “los sin papeles”, precisamente en este país que vive tantísima gente indocumentada durante tanto tiempo. Pienso en muchos de mis compatriotas que han abandonado su tierra en busca de un futuro mejor para los suyos y se ven atrapados viviendo en la ilegalidad. Personas a las que por ejemplo se les muere su madre y no pueden ni siquiera ir al entierro a compartir ese momento con la familia porque entonces no podrían volver a entrar. Gente que ha dejado a sus niños muy pequeños y tardan hasta diez años sin verlos perdiéndose su infancia y su día a día.

Muchísimos africanos que arriesgan su vida para cruzar el estrecho y llegar a España. Me sobrecoge muchísimo ver en las noticias a mujeres embarazadísimas como yo que se la juegan de esa manera o viajan con bebés muy pequeños ¡Cuánta desesperación tiene que haber en sus vidas para realizar tales hazañas!

Y lo peor es que la mayor parte del tiempo nos creemos con derecho a juzgarles, a creernos superiores a ellos y a sentirnos por encima; cuando nuestro único mérito por encima de ellos en la mayoría de los casos es no haber nacido en las mismas circunstancias.

Yo soy la primera me quejo una y otra vez de que la gente como nosotros siempre está pagando muchísimos impuestos para no beneficiarnos nunca de nada mientras otros “están chupando del bote” . También me sientan fatal las plazas de los colegios concertados de España para inmigrantes y las ayudas a las que tienen acceso “a costa del gobierno”.

Pero en realidad no lo tienen nada fácil. Pensemos por un instante lo que tiene que ser vivir de esa manera. Trabajar “sin papeles” con el miedo en el cuerpo, pensando que en cualquier momento te pueden pillar y se acabó todo, con peores condiciones que el resto porque no tienes derecho a reclamar nada, aceptando los trabajos que otros rechazan, malviviendo día a día, ahorrando hasta el último centavo para poder enviar dinero a la familia.

2 comentarios:

  1. En parte tienes razón. Yo creo que realmente los "sin papeles" no son el problema porque como tú bien dices "no tienen derecho a reclamar nada". Lo que a mi personalmente me crispa los nervios son los inmigrantes que llegan imponiendo sus costumbres y EXIGIENDO para sí unos derechos que no han sido capaces de reclamar en sus paises de orígen y quizá por eso hayan llegado a esas situaciones desesperantes. Es cierto que se juegan la vida, que los afortunados del primer mundo lo único que hemos hecho ha sido nacer con la suerte de poder trabajar para pagarnos un piso, una carrera, una sanidad y un montón de impuestos. Cuando veo las que se lían en los colegios porque a las niñas no las dejan ir con velo a la escuela me pregunto porqué las llevan a un colegio público sabiendo que nuestro estado es (en teoría) aconfesional, podrían llevarlas a colegios islámicos....a no, claro, que hay que pagarlos....

    Releyendo lo escrito suena bastante radical, quien me conoce sabe que no lo soy tanto, sólo soy un poco "abogado del diablo".

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  2. Gracias por tu aportación, de acuerdo con todo lo que comentas.

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