sábado, 23 de julio de 2011

9-Una barbacoa americana


Las barbacoas, ¡gran tópico americano! Salen en casi todas las películas y hoy desde que llegamos, por primera vez, hemos asistido a una. La organizaba la comunidad de vecinos, llevaban unas tres semanas anunciándola en el portal, la hacen cada año para celebrar el verano, había que apuntarse con antelación indicando el número de personas para calcular la comida y bebidas, que por cierto eran gratuitas.

La verdad es que no teníamos grandes expectativas pero tampoco teníamos mucho más que hacer, así es que la peque y yo nos apuntamos pues Toni trabajaba como cada tarde.

Nos llevamos una grata sorpresa, pues el recibimiento por parte de los que estaban allí organizando fue muy cordial e informal, lo que por otra parte es habitual en los americanos. Como llegamos pronto y había poca gente, me ofrecí a ayudar y en un momento estaba en “la casa Club” cortando enormes tomates para las hamburguesas.

Había un gran despliegue de comida, hamburguesas, perritos, snacks de todo tipo, galletas enormes, fruta fresca cortada (buenísima y fue lo que menos éxito tuvo) y por supuesto muchísima bebida aunque eso sí nada de alcohol.

Lo que más me llamó la atención fue que en la mesa habían dispuesto unas pegatinas y rotuladores, las pegatinas decían “Hello, I am…” y debajo cada uno escribía su nombre. Creo que fui la única en no ponerme la pegatina pero absolutamente todo el mundo la llevaba, incluida Yoanellita, que le hizo mucha ilusión. Está claro que son cosas que van en la cultura de cada uno, en España en general somos reacios a este tipo de cosas pero aquí es de lo más normal. Había una niña pequeña, de unos tres años que entraba y salía de la piscina y cada vez que salía se secaba la barriga y se pegaba la etiqueta con su nombre, me hacía muchísima gracia verla.

La gente iniciaba conversaciones con otras personas sin ningún reparo y muchos se dirigieron a mi y fueron simpáticos. Me preguntaron una y otra vez para cuándo mi fecha de parto, el sexo del bebé que esperaba, si estaba bien, si quería comer algo más. Una señora me pidió educadamente si podía tocarme la barriga y accedí.

Algo que es habitual aquí y a lo que me voy acostumbrando es a ver la capacidad que tienen para comer, tenía una chica sentada cerca que se comió uno detrás de otro 6 perritos calientes completitos, una hamburguesa y patatas fritas.

Otra cosa muy corriente es ver familias numerosas, de tres y cuatro niños, pero lo que sorprende de estas familias no es el número de hijos, sino lo bien que se defienden los padres cuidando de su prole. Los niños son distintos a como son en España, me recuerda en cierta a manera a cuando nosotros eramos pequeños (somos cinco). No es que sean niños más espabilados, es que tienen menos “tonterías”. Que nadie me malinterprete, que yo hasta hora he sido madre de hija única y para moverte con una sola parece que necesitas un campamento detrás y sin embargo ves a estas familias con tantos niños y tanta soltura que da gusto verles, desde fuera parece muy fácil.

En fin, que mañana tenemos otra barbacoa en un pueblo de aquí al lado, nos ha invitado una familia española, ¡ya os contaré!

2 comentarios:

  1. ¡¡¡que gracia lo de la soltura con varios niños!!! como lo que contabas de la chica de la playa oye, pues vete tomando nota para apañarte con 2 a la vez. Yo creo que los niños cuanta más atención les das más reclaman y que si les dejas un poco a su aire se acaban apañando solos y no te necesitan tanto....pero claro, no tengo hijos para comprobarlo....

    ResponderEliminar
  2. 6 perritos???...dios mío!...

    Me interesa la diferencia qué encuentras con los niños españoles (o mejor dicho, "familias españolas)...estoy deseando que desmigues un poco ese tema....

    ResponderEliminar